Si queremos construir una sociedad justa y democrática, tal como lo manifiesta la Ley Nacional de Educación Nº 26.206, en su artículo 3º: “La educación es una prioridad nacional y se constituye una política de estado para construir una sociedad justa”, la enseñanza de las ciencias y la tecnología es un imperativo estratégico. “Hoy más que nunca, es necesario fomentar y difundir la alfabetización científica en todas las culturas y en todos los sectores de la sociedad”[1]. Teniendo en cuenta esta necesidad, una salida educativa a Tecnópolis es una forma divertida, interesante y significativa de lograr esta alfabetización científica.
Objetivo general
El objetivo principal de la visita a Tecnópolis es que el alumnado tenga un acceso real-presencial, y no solamente virtual, al terreno de la ciencia, la tecnología, el arte y la industria, ya que, como lo expresa John Kenneth Galbraith: “Si no piensas en tu porvenir, no lo tendrás”.
Objetivos específicos
Ø Entender la tecnología, la ciencia, el arte y la industria como actividades gratificantes, como vías de acceso al conocimiento y como formas de ampliar y dar sentido a la experiencia personal.
Ø Conocer nuevas tecnologías y, con respecto a ella, los proyectos que se realizan en nuestro país.
Ø Apreciar los inventos como factor fundamental para la innovación tecnológica.
Ø Conectarse con la naturaleza y el medio a través de la concientización.
Ø Brindar variadas situaciones para que los alumnos puedan escuchar, leer, comprender y escribir textos.
Ø Ofrecer oportunidades para realizar experiencias de creación y utilización de información a fin de adquirir conocimientos, comprender, desarrollar la imaginación y entretenerse.
Ø Promover el desarrollo de conductas sociales a través de la integración de grupos.
Ø Contribuir al desarrollo de acciones educativas que permitan la adquisición de principios científicos y tecnológicos.
[1] Declaración de Budapest, Conferencia Mundial sobre la ciencia para el siglo XXI, auspiciada por la UNESCO y el Consejo Internacional para la ciencia, UNESCO; 1999.